Los hermanos Joel y Ethan Coen eran, hasta ahora, una dupla con poco prestigio crítico, moderado éxito comercial y escaso reconocimiento de la industria de Hollywood (apenas un premio Oscar hace una década por el guión de Fargo ).
Ligados desde siempre a la producción más independiente y autoral del cine norteamericano, no habían conseguido todavía las credenciales para la consagración definitiva en Hollywood. Esa realidad cambió por completo con las cuatro estatuillas recibidas por "Sin lugar para los débiles.
Y, más allá de las polémicas que su obra despierta por el cinismo y el patetismo con que suelen retratar a sus personajes, lo cierto es que se ganaron el reconocimiento no sólo en buena ley, sino además siendo fieles a sus búsquedas y a sus obsesiones: es que, a pesar de haberse basado en un material ajeno, el dúo concibió un filme áspero y descarnado, sin suavizar ningún aspecto para coincidir con el gusto más convencional de muchos votantes de la Academia.
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