todas fueron la envidia
VILCAPOMA: Estuve con las mujeres que me gustaron
nuestro profesor SE DESTAPA Y CUENTA SUS MÁS ESCONDIDOS RECUERDOS
Prefiere no autocalificarse, sin embargo, a nuestra insistencia, consideró la veracidad, la puntualidad y sobre todo la exigencia, sus principales cualidades. Así es Joel Vilcapoma nuestro muy respetado y sereno profesor que decidió, de una vez por todas, sacarse esa férrea coraza que protege su emotivo silencio. En esta entrevista nos cuenta parte de su niñez, sus penas y sus amores de juventud que destapan un lado que ningún alumno o profesor conoce... hasta ahora.
¿Cómo fue su comportamiento en la niñez?
Yo era muy tranquilo y responsable, desde pequeño. Yo nací así, fui muy racional, muy conciente de las cosas muy responsable. Me decían que era maduro para mi edad y esa imagen ha perdurado toda mi vida, muy racional y poco emotivo.
Por las características que me señala ¿se concederá frío?
Frío no, sino controlado. Pero soy sensible, porque me afectan las situaciones emotivas. Pero – a diferencia de otros - no pierdo los papeles. No soy sensiblero… para que yo salte y grite es bien difícil.
Pero… ¿Alguna vez pasó por un estado de efervescencia emocional?
Muy pocas veces… ni cuando ingrese a la universidad. Siempre he sido poco expresivo. Digamos que llevo la emotividad por dentro, no es que yo no la viva… me la guardo, la contengo.
¿Sale mucho a bailar?
Rara vez.
¿Qué le dice su señora?
En ese sentido mi esposa está un poco frustrada. No soy de salir mucho a fiestas. Prefiero estar con un whysky en la mano escuchando música, leer un buen libro o salir a pescar.
¿Es bueno en la pesca?
Pescar es una arte y a mi me gusta. He pescado en ríos de la sierra, lagunas de la selva, en lagos del norte de Estado Unidos y no solo soy bueno en la pesca, sino también en la caza mayor: un alce en el norte de Estado Unido en Montana, he casado en la selva varios días, he hecho lo que se llama montear. He ido por muchos días dentro de la selva en cacería de un tigre o un jabalí. La caza y la pesca son cosas que me apasionan.
¿Usted cree que este tipo de deportes compensan su rebeldía?
Probablemente… quizá sea un momento de desfogue de rebeldía que usualmente no suelo mostrar.
me contento con poco… con lo mejor
Veo muchos tragos en su sala ¿se considera un exquisito bebedor?
Me gusta el whysky y el buen vino, como el de Mendoza. Si hablamos de uva, el vino Novoa es el que más me agrada o el queirolo. Pero jamás me he emborrachado… ¡Nuuunca! Yo no sé qué es embriagarse o como ustedes le llaman… meterse una bomba (risas).
¿Este refinamiento, se extiende para los demás gustos?
Sí, como dice el británico Churchil: yo me contento con poco… con lo mejor…
tengo el orgullo de decir que todas me han querido
¿Cómo le fue en el amor?
Soy también selectivo, no me gusta cualquier persona. Mi primera esposa fue la mejor chica del barrio.
¿Cómo que la mejor del barrio?
Que era la más bonita, la más inteligente, la envidia de todo el mundo. Lo mismo con mi segundo compromiso. Tú la viste, no dirás que es fea (risas).
¿Se considera mujeriego?
No, más bien he sido bastante selectivo. Estuve con las mujeres que me han gustado, con las que me han querido, porque tengo el orgullo de decir que todas me han querido. No siempre he estado enamorado de todas, pero siempre las he tratado bien y siempre me he sentido amado. Pero lamentablemente uno no puede estar con todas (risas).
¿Alguna lo han rechazado?
Que yo recuerde… un rechazo, rechazo… no… no…
¿Cien por ciento efectivo?
Sí, como soy selectivo, no me he mandado a todas. Sino otra sería la historia. Usualmente siempre tomo la iniciativa con determinadas personas, busco su amistad y luego terminan queriéndome (risas).
¿De todas sus parejas, existes alguna que marcó su vida?
Sí, cada mujer marca dependiendo la época…
Pero hay una que hace llorar más que otra.
Felizmente no he llorado.
Llorar en el sentido metafórico, que nos hacen sufrir.
Hay una que extraño mucho (en tono melancolico), una pareja con quien lamentablemente no me case. Yo tenía 20 años y trabajaba en una fundación de Estados Unidos como director del colegio para hijos de los trabajadores en la selva, ahí conocí a Aldi, una chica muy bella… muy bella, además me quería mucho. Mantuve con ella una relación de un año, pero tenía que volver a Lima y terminar mi carrera y la relación tuvo que terminar.
¿La volvió a ver?
Sí, cuando estuve casado, incluso mi primera esposa la conoció.
¿Le contó la historia a su esposa?
Sí, a una esposa se le cuenta todo… (Risas)
¿Cómo conoció a su actual esposa?
Era mi cliente.
¿Cómo así?
Yo me dedicaba a la investigación de mercado. Interbank era mi cliente y mandó a alguien para que supervisara mi trabajo y mi actual pareja fue a quien mandaron.
¿Cómo lo cautivo?
La vi y me pareció muy atractiva. Una chica totalmente opuesta a mí. Muy reilona, jovial y juguetona. Siempre uno busca su complemento. Esas cosas fueron las que me atrajeron. Además que era muy inteligente y eso valoro mucho.
¿Cómo define la felicidad?
No hay un estado de felicidad, sino muchos momentos de ellos. A veces, uno es feliz viendo a la dicha de otros.
¿Un momento triste?
La muerte de mi único hermano. Le cayó un huayco. Me duele mucho, porque me hubiese gustado hacer muchas cosas por él. Era muy creativo y dinámico, pero un poco desordenado (silencio)… en la niñez, era más juguetón, infantil, opuesto a mí.
no me siento valorado
¿Siente alguna frustración en el plano laboral?
Yo he perdido muchas oportunidades, pero a sabiendas. Cuando termine la secundaría, en primer puesto, gane una beca de intercambio estudiantil por seis meses a Estados Unidos, pero preferí estudiar en la Católica… esa oportunidad la perdí, tal vez si me hubiesen aconsejado bien (sus familiares)... Después, cuando estudie en Estados Unidos tenía mi novia (su primera esposa) en Perú y me mandó un ultimátum, si no regresaba, hasta aquí no mas…
¿Le da rabia esta perdida de oportunidades?
Sí, si me hubiese quedado en Estados Unidos de joven (20 años) otra sería mi historia. Allá tuve tres novias, me hubiese casado con una gringa, no estaría acá… pero no lo hice.
¿Por qué da una imagen muy seria a los alumnos en nuestra universidad?
Si a los estudiantes de la UTP les das la mano, se van hasta el codo.
Sí, a veces somos muy confianzudos.
Más que confianzudos los veo irresponsables. Si yo les suelto algo, se desbandan. Con alumnos de otras universidades no pasa eso, hay confianza, soy “pata”.En otras (universidades) me quieren, me califican bien. Aquí no me siento valorado. No logro congeniar con los alumnos, porque veo más infantilismo, menos seriedad, más relajo o menos dedicación en los estudios.
VILCAPOMA: Estuve con las mujeres que me gustaron
nuestro profesor SE DESTAPA Y CUENTA SUS MÁS ESCONDIDOS RECUERDOS
Prefiere no autocalificarse, sin embargo, a nuestra insistencia, consideró la veracidad, la puntualidad y sobre todo la exigencia, sus principales cualidades. Así es Joel Vilcapoma nuestro muy respetado y sereno profesor que decidió, de una vez por todas, sacarse esa férrea coraza que protege su emotivo silencio. En esta entrevista nos cuenta parte de su niñez, sus penas y sus amores de juventud que destapan un lado que ningún alumno o profesor conoce... hasta ahora.
¿Cómo fue su comportamiento en la niñez?
Yo era muy tranquilo y responsable, desde pequeño. Yo nací así, fui muy racional, muy conciente de las cosas muy responsable. Me decían que era maduro para mi edad y esa imagen ha perdurado toda mi vida, muy racional y poco emotivo.
Por las características que me señala ¿se concederá frío?
Frío no, sino controlado. Pero soy sensible, porque me afectan las situaciones emotivas. Pero – a diferencia de otros - no pierdo los papeles. No soy sensiblero… para que yo salte y grite es bien difícil.
Pero… ¿Alguna vez pasó por un estado de efervescencia emocional?
Muy pocas veces… ni cuando ingrese a la universidad. Siempre he sido poco expresivo. Digamos que llevo la emotividad por dentro, no es que yo no la viva… me la guardo, la contengo.
¿Sale mucho a bailar?
Rara vez.
¿Qué le dice su señora?
En ese sentido mi esposa está un poco frustrada. No soy de salir mucho a fiestas. Prefiero estar con un whysky en la mano escuchando música, leer un buen libro o salir a pescar.
¿Es bueno en la pesca?
Pescar es una arte y a mi me gusta. He pescado en ríos de la sierra, lagunas de la selva, en lagos del norte de Estado Unidos y no solo soy bueno en la pesca, sino también en la caza mayor: un alce en el norte de Estado Unido en Montana, he casado en la selva varios días, he hecho lo que se llama montear. He ido por muchos días dentro de la selva en cacería de un tigre o un jabalí. La caza y la pesca son cosas que me apasionan.
¿Usted cree que este tipo de deportes compensan su rebeldía?
Probablemente… quizá sea un momento de desfogue de rebeldía que usualmente no suelo mostrar.
me contento con poco… con lo mejor
Veo muchos tragos en su sala ¿se considera un exquisito bebedor?
Me gusta el whysky y el buen vino, como el de Mendoza. Si hablamos de uva, el vino Novoa es el que más me agrada o el queirolo. Pero jamás me he emborrachado… ¡Nuuunca! Yo no sé qué es embriagarse o como ustedes le llaman… meterse una bomba (risas).
¿Este refinamiento, se extiende para los demás gustos?
Sí, como dice el británico Churchil: yo me contento con poco… con lo mejor…
tengo el orgullo de decir que todas me han querido
¿Cómo le fue en el amor?
Soy también selectivo, no me gusta cualquier persona. Mi primera esposa fue la mejor chica del barrio.
¿Cómo que la mejor del barrio?
Que era la más bonita, la más inteligente, la envidia de todo el mundo. Lo mismo con mi segundo compromiso. Tú la viste, no dirás que es fea (risas).
¿Se considera mujeriego?
No, más bien he sido bastante selectivo. Estuve con las mujeres que me han gustado, con las que me han querido, porque tengo el orgullo de decir que todas me han querido. No siempre he estado enamorado de todas, pero siempre las he tratado bien y siempre me he sentido amado. Pero lamentablemente uno no puede estar con todas (risas).
¿Alguna lo han rechazado?
Que yo recuerde… un rechazo, rechazo… no… no…
¿Cien por ciento efectivo?
Sí, como soy selectivo, no me he mandado a todas. Sino otra sería la historia. Usualmente siempre tomo la iniciativa con determinadas personas, busco su amistad y luego terminan queriéndome (risas).
¿De todas sus parejas, existes alguna que marcó su vida?
Sí, cada mujer marca dependiendo la época…
Pero hay una que hace llorar más que otra.
Felizmente no he llorado.
Llorar en el sentido metafórico, que nos hacen sufrir.
Hay una que extraño mucho (en tono melancolico), una pareja con quien lamentablemente no me case. Yo tenía 20 años y trabajaba en una fundación de Estados Unidos como director del colegio para hijos de los trabajadores en la selva, ahí conocí a Aldi, una chica muy bella… muy bella, además me quería mucho. Mantuve con ella una relación de un año, pero tenía que volver a Lima y terminar mi carrera y la relación tuvo que terminar.
¿La volvió a ver?
Sí, cuando estuve casado, incluso mi primera esposa la conoció.
¿Le contó la historia a su esposa?
Sí, a una esposa se le cuenta todo… (Risas)
¿Cómo conoció a su actual esposa?
Era mi cliente.
¿Cómo así?
Yo me dedicaba a la investigación de mercado. Interbank era mi cliente y mandó a alguien para que supervisara mi trabajo y mi actual pareja fue a quien mandaron.
¿Cómo lo cautivo?
La vi y me pareció muy atractiva. Una chica totalmente opuesta a mí. Muy reilona, jovial y juguetona. Siempre uno busca su complemento. Esas cosas fueron las que me atrajeron. Además que era muy inteligente y eso valoro mucho.
¿Cómo define la felicidad?
No hay un estado de felicidad, sino muchos momentos de ellos. A veces, uno es feliz viendo a la dicha de otros.
¿Un momento triste?
La muerte de mi único hermano. Le cayó un huayco. Me duele mucho, porque me hubiese gustado hacer muchas cosas por él. Era muy creativo y dinámico, pero un poco desordenado (silencio)… en la niñez, era más juguetón, infantil, opuesto a mí.
no me siento valorado
¿Siente alguna frustración en el plano laboral?
Yo he perdido muchas oportunidades, pero a sabiendas. Cuando termine la secundaría, en primer puesto, gane una beca de intercambio estudiantil por seis meses a Estados Unidos, pero preferí estudiar en la Católica… esa oportunidad la perdí, tal vez si me hubiesen aconsejado bien (sus familiares)... Después, cuando estudie en Estados Unidos tenía mi novia (su primera esposa) en Perú y me mandó un ultimátum, si no regresaba, hasta aquí no mas…
¿Le da rabia esta perdida de oportunidades?
Sí, si me hubiese quedado en Estados Unidos de joven (20 años) otra sería mi historia. Allá tuve tres novias, me hubiese casado con una gringa, no estaría acá… pero no lo hice.
¿Por qué da una imagen muy seria a los alumnos en nuestra universidad?
Si a los estudiantes de la UTP les das la mano, se van hasta el codo.
Sí, a veces somos muy confianzudos.
Más que confianzudos los veo irresponsables. Si yo les suelto algo, se desbandan. Con alumnos de otras universidades no pasa eso, hay confianza, soy “pata”.En otras (universidades) me quieren, me califican bien. Aquí no me siento valorado. No logro congeniar con los alumnos, porque veo más infantilismo, menos seriedad, más relajo o menos dedicación en los estudios.
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